Material
2 bosters o 6 mantas para tumbarse, 1 manta o 2 para la cabeza, un boster o mantas enrolladas para debajo de las rodillas, una plancha de madera opcional.
Entrada en la postura
Siéntate sobre el bolster con las piernas dobladas.
Apoya las manos atrás y baja el tronco hacia atrás desenrollando la columna desde abajo hasta arriba. Estira las piernas y coloca las rodillas sobre el bolster.
La altura debajo de las rodillas debe de ser suficiente para permitir que las ingles se relajen hacia abajo.
Baja los glúteos hacia los pies con las manos para que no se encoja la espalda baja. Ajusta la manta de la cabeza hasta que toque los dos hombros y apoyar toda la nuca.
Gira los hombros hacia fuera y entra los omoplatos para abrir el pecho.
Si tiene la plancha de madera colocarla debajo de los omoplatos, hazla deslizar hacia la parte inferior de los omoplatos ejerciendo una tracción sobre ellos y los trapecios para que bajen. La plancha se colocará hacia la parte inferior de los omoplatos hasta sentir que el diafragma se abre.
En la postura
La altura debajo de las nalgas permite que se abra el diafragma pélvico.
La altura debajo de la cabeza para la garganta.
La plancha de madera abre el diafragma.
Asegúrate que el tronco y la pelvis estén en línea y no caigan hacia un lado. Relaja las piernas y los brazos.
Para que el diafragma este abierto tiene que haber una diferencia de altura entre el vientre y las costillas. Las costillas tienen que quedar hacia arriba y el vientre estar relajado hacia abajo.
Se puede colocar una manta enrollada de cada lado de la pelvis para soportar las caderas al final del embarazo cuando el abdomen está muy grande.
Lleva la mirada hacia el pecho y relájate. Observa cómo la respiración se va calmando. Puedes quedarte el tiempo que necesites hasta que te sientas relajada y descansada.
Salir de la postura
Gírate hacia el lado izquierdo e incorpórate ayudándote de las manos.
Beneficios
Aquí nos interesa especialmente que la mujer embarazada se relaje, descanse y se tranquilice. La práctica de savasana ayuda a relajar y recargar el cuerpo y la mente, es recomendable hacerla 2 veces al día. Empezar la práctica con savasana favorece una actitud correcta durante toda la sesión, estando tranquila, absorta y atenta a lo que pasa en su cuerpo y su respiración.
Por Aurélie Farina