En “ El árbol del Yoga” B.K.S Iyengar nos dice que el yoga aporta salud y felicidad al practicante, y que por ello es tanto un arte curativo como práctico. La práctica de yoga produce transformaciones psicológicas que nos pueden servir mucho en épocas de abatimiento, ya que nos ayuda a recuperar el valor para afrontar las dificultades y también a mantener la alegría.
El sistema nervioso simpático se encarga de activar todos los procesos y respuestas encaminadas a la utilización de la energía y a la acción, mientras el sistema para-simpático se encarga de re-equilibrar el organismo y de la recuperación. Mediante los distintos movimientos de las asanas podemos aumentar la energía del sistema nervioso simpático o incrementar la energía del sistema nervioso para-simpático.
Cada grupo de asanas tiene cierta función y tiene efectos en nuestro cuerpo y mente:
– Los estiramientos hacia atrás con soporte por ejemplo son muy tonificantes
Hacen que la mente se vuelva activa y extrovertida, ayudando a generar energía mental positiva. Al mantener el pecho elevado, hacen que el cuerpo se llene de oxígeno. La extensión de la espalda alarga la columna por detrás incrementando la circulación sanguínea tanto en la columna como en los nervios fortaleciéndolos.
– Las posturas invertidas renuevan la mente reduciendo el embotamiento, potencian la sensibilidad y nos aportan mucha energía. Esta energía bombeada en el cuerpo en grandes cantidades hace que se desvanezca la apatía.
Las siguientes posturas son muy estimulantes, incluirlas en la práctica nos ayudará a lograr una sensación de alegría y felicidad.
Purvottanasana en silla o mesa (De 3 a 5 minutos)
– Coloca un bolster o mantas dobladas en sentido longitudinal sobre una mesa (o dos sillas mirándose pero con el respaldo hueco) a unos centímetros del borde y sobre las mantas coloca otra manta más para la cabeza.
– Siéntate delante del soporte y túmbate sobre el bolster o las mantas apoyando la cabeza en la otra manta.
– Deja los brazos a los lados del bolster, en el aire si estás con las sillas, apoyados si tienes una mesa.
– Estira las piernas
– Para volver, dobla las piernas, y gírate sobre el lado derecho.
Ustrasana en silla (de 3 a 5 minutos)
– Coloca una silla pegada a la pared y pon un antideslizante encima, sobre él coloca un bolster o mantas.
– Ponte de rodillas en el suelo de espaldas a la silla y apoya el cuerpo en las mantas y la cabeza en el respaldo de la silla
– Después de esta postura estírate en Adhomukha Virasana
Setu Bhanda Sarvangasana (5-8 minutos)
Esta postura se puede realizar con un bolster (o mantas) o con un ladrillo:
Con bolster o manta
– Coloca el soporte longitudinalmente y siéntate en un extremo con las piernas dobladas.
– Túmbate hacia atrás y deslízate hacia el suelo hasta que la cabeza y los hombros estén en el suelo. El borde del soporte quedará en los omóplatos. También puedes colocar algún soporte debajo de los hombros, el cuello y la cabeza.
– Coloca los brazos a los lados del tronco con los bíceps girando hacia fuera.
– Estira la cara posterior de las piernas y mantén los muslos girando hacia dentro. Los talones se apoyarán en el suelo o en una altura igual a la del soporte en caso de que tengas molestias en la espalda.
– Un cinturón en los muslos te ayudará a compactar los fémures en las caderas y también al giro de los muslos.
Con un ladrillo
– Túmbate en el suelo con las rodillas dobladas y coloca el ladrillo bajo el sacro-coxis.
– Estira las piernas de una en una alargando la cara posterior
– Deja los brazos a los lados del tronco.
Al volver de la postura siéntate y cruza las piernas y estírate hacía delante apoyando la frente en un soporte.
Mónica Pineda