El insomnio es un problema que va en aumento. Es contradictorio que siendo el sueño una función básica de los seres humanos, con todos los avances que se han ido logrando, haya cada vez más personas que tienen dificultades para dormir satisfactoriamente.
Existen múltiples razones que hacen que tengamos problemas para dormir, pero el hecho es que deberíamos ser capaces de poder dormir de manera natural sin tener que recurrir a medios artificiales como los fármacos. El sueño es una parte de la vida y sucede de manera natural cuando tanto el cuerpo como la mente están en calma.
El sueño como todo lo que ocurre en nuestro cuerpo tiene su función, por lo que la falta o la mala calidad del sueño producirá desequilibrios que afectarán a nuestro cuerpo y tendrán consecuencias en nuestro funcionamiento diurno (falta de concentración y memoria, disminución de los reflejos, alteración de los estados de ánimo…) Cuando dormimos profundamente y sin interrupciones, se restablecen todas nuestras funciones físicas y psicológicas.
Vagbhata, uno de los escritores clásicos de la medicina ayurvédica, escribió:
“Del sueño depende la felicidad y la aflicción, la gordura y la delgadez, la fuerza y la debilidad, la potencia y la impotencia, el conocimiento y la ignorancia, la vida y la muerte”
Incluir estas 3 posturas en tu práctica te ayudará a tranquilizar la mente y el cerebro y también a calmar y descansar los nervios, lo que hará que te sea más fácil conciliar el sueño.
Adhomukha Virasana (1 minuto)
– Colócate de rodillas, junta dos dedos gordos de los pies, y separa un poco las rodillas.
– Si puedes siéntate en los pies, si no llegas a sentarte puedes colocar una manta encima de los pies y sentarte encima.
– Con el peso de la pelvis hacia los pies estira el tronco entre las piernas con los brazos estirados hacia delante.
– Deja que la cabeza caiga hacia el suelo, no importa si no apoya en el suelo. Si quieres puedes colocar un soporte bajo la cabeza.
– Vuelve despacio arqueando la espalda
Puedes realizar Adhomukha Virasana al principio de tu práctica y también después de Sirsasana o de los estiramientos hacia atrás.
Paschimottanasana (de 1 a 5 minutos):
– A esta postura se entra desde Dándasana: siéntate en el suelo con las piernas juntas muy estiradas hacia delante y con las palmas de las manos en el suelo a los lados de las caderas. Toma unas cuantas respiraciones durante unos segundos.
– Con una espiración estira los brazos y agarra los pies por la cara externa (si no llegas puedes ayudarte con un cinturón o agarrando las patas de una silla).
– En una primera fase con los brazos estirados, alarga la columna vertebral desde la pelvis y ve haciéndola cóncava elevando el esternón. Quédate en esa posición unos segundos.
– Luego con una espiración ve doblando y separando los codos y ve llevando el tronco hacia delante sobre las piernas.
– Durante la postura la parte posterior de las piernas tiene que mantenerse firme hacia en el suelo y los muslos girando hacia dentro.
Viparita Karani (5 minutos)
– Coloca un soporte (mantas o bolster) un poco separados de la pared y siéntate de lado sobre él. Échate hacia atrás girando el tronco hasta que la pelvis quede encima del soporte y sube las piernas por la pared.
– La cabeza y los hombros descansan en el suelo (también puedes poner una manta bajo la cabeza)
– Puedes dejar los brazos a los lados del tronco, colocar las manos encima del vientre o llevar los brazos por encima de la cabeza
Esta postura puedes realizarla al finalizar la práctica antes de savasana o en sustitución de la misma.
Mónica Pineda