Tengo una relación un poco especial con un fisioterapeuta.

Le veo muy de vez en cuando, pero solemos hablar de temas profundos, y sabe del cáncer de mi hijo y todo lo que hemos pasado con mi marido.

El otro día me mira muy serio y me pregunta: «»pero tú entonces, ¿qué es lo que buscas en la vida? ¿Cuál es tu objetivo?«

La verdad es que pocas personas me han hecho esta pregunta, como él me la hizo. Sentía que tenía que decir algo que tuviera peso y sentido.

Lo primero que me vino fue «la felicidad», quiero ser feliz, pero no se lo dije. Me parecía pobre, superficial e insuficiente.

Como estaba leyendo «En los oscuros lugares del saber» de Peter Kingsley por segunda vez, un libro del que os he hablado otras veces, me vino otra palabra «libertad«. Pero tardé en decírsela, porque no la sentía del todo, me sabía un poco abstracta. Al final, a pesar de mis reticencias internas le contesté: «lo que busco es la libertad. Quiero ser libre».

Al salir de la consulta pensé que no le había contestado bien, que no le había dicho lo que quería y estuve dándole vueltas a su pregunta: «¿¿Qué es lo que busco yo??»

¿Qué es lo que busco?

Han pasado unos 2 meses desde entonces. Era un poco antes de Navidad y ahora se asoma la primavera.

Hoy, especialmente hoy, te puedo decir, desde lo más profundo de mi ser, que lo que busco ES la libertad.

Hace 3 semanas tomé una decisión muy muy importante que va a cambiar mi vida de ahora para siempre.

Es una decisión que mi interior me pedía a gritos desde hace años. Pero no estaba preparada.

Ahora te digo: todos los miedos que me impedían tomar esta decisión, atender a esta llamada interna, todas las excusas que volteaban en mi cabeza para retrasarla, todo era puro humo.

La mayoría de las barreras las ponemos nosotros.

Los más grandes obstáculos están adentro. Somos nuestro peor enemigo pero podemos aprender a amarnos y a escuchar esta voz que viene de las cavernas y liberarnos de las cadenas auto-impuestas.

No son palabras. Es la verdad. La verdad no se olvida, ni se aprende. Todo lo que sé hoy, siempre lo he sabido, y tú también lo sabes.

Quizás no sabes escuchar, y por eso te sientes miserable, pero todo lo que necesitas para sentirte pleno, ya lo tienes.

Últimamente me desvelo por las noches. Son tiempos de cambios, de intensidad, de vida, de alegría y llanto.

Hace dos noches, a las 2h de la madrugada, encendí el móvil para escuchar un poco de música y me salió en youtube una canción de Facundo Cabral, un total desconocido para mí.

Me llamo la atención el título, «No soy de aquí ni soy de allá», y la puse.

Casi lloró de tanta belleza y sabiduría.

Justo en este momento de mi vida, en plena noche, sola en mi cama, encontrar a un espíritu libre que marca el camino o «no camino» a seguir, me sentí bendecida.

Anoche me desvelé de nuevo.

Encendí el móvil otra vez, y en youtube me salió un audio del mismo autor: «No estás deprimido, solo estás distraído».

Querido lector, si estás aquí, es que estás esperando algo.

Quieres aprender algo, llevarte alguna enseñanza, un consejo que te valga para caminar en este mundo.

Yo te digo: yo, que soy como tú, deja de buscar afuera.

No hay mejor maestro que tú mismo. Atrévete, escucha tu voz interna, no la que sale de la cabecita, la que surge de las tripas y del corazón, esa es tu guía.

Atrévete, los miedos están dentro. A fuera está todo listo para acoger a los espíritus libres.

Somos la libertad, somos dioses.

Aurélie Farina