En su origen, la práctica de yoga no estaba destinada en sacar la mejor versión de tu «yo», y en convertirte en una persona equilibrada, optimista, siempre joven, energética, productiva e independiente, en «algo» totalmente inhumano y inalcanzable que están buscando millones y millones de personas.
Pero el yoga y la meditación, originalmente, antes de llegar al carrito de la compra de los occidentales, tenían otro propósito mucho mayor.
De tanto buscar LA FELICIDAD, de tanto estar centrado en el «yo» y mirarnos el ombligo, nos estamos intoxicando con nosotros mismos.
Estamos tan programados para hacer, que somos incapaces de quedarnos sin hacer nada. Y si no hacemos «nada» nos sentimos culpables
De tanto buscar el conseguir esto y lo otro, he perdido algo esencial en el camino, me he perdido a mí misma
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